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Consecuencias

Hemos dado una introducción a todo aquello que puede causar los aerosoles en el ambiente, y aún así, no tocamos ni la mitad de los daños que ya han ocasionado. Lo primero que recurre a la mente de las personas cuando decimos "aerosoles tóxicos" son problemas con la capa de ozono o problemas respiratorios, mas nunca, o no siempre, piensan en el cambio climático. Existen incluso hoy en día personas que no creen en este siniestro. 

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Primeramente hay que diferenciar entre cambio climático y una simple alteración meteorológica. Un cambio climático es algo duradero, algo que no ocurrirá por una simple variación que provoca una lluvia tenue. En cambio, la alteración meteorológica es eso: una lluvia imprevista.

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Nuestra investigación recurre a la utilización de los datos obtenidos por NASA para sacar una relación entre los niveles de polución y precipitación, y así intentar inferir si existe dicha relación. Utilizamos información comparativa de los últimos cinco años, específicamente el mes de enero de los respectivos, para así crear las siguientes gráficas:

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Precipitaciones, concentración de rayos UV y aerosoles 2013-2015

Estos datos resultan mucho más digeribles si se presentan de la forma en la que los propusimos. Es fácil identificar lo que ha ido ocurriéndole al mundo por el desgaste humano. En  la sección de Impacto hablamos sobre como estos tres factores estaban co-relacionados, y ahora vuelvo a hacerlo: están intrínsecamente ligadas. 

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La concentración de aerosoles trae dos grandes problemáticas a las zonas donde oscilan: acumulación de rayos UV y poca precipitación. Lo que, fácilmente, puede convertir una zona que por sí misma es perfectamente verde, con plantas perfectamente sanas, en algo totalmente distinto: sequías, muerte, desierto donde debería haber verde. Aquí es donde reside, verdaderamente, el cambio climático. 

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Imaginemos, pues, una zona que está acostumbrada a las lluvias, a la humedad. Imaginemos que esa zona es afectada por estos gases, propiciando que las lluvias emigren a otro sitio donde realmente puedan caer. Imaginemos que estas plantas que suelen estar en perfecta armonía con sus elementos, se encuentran de lentamente empujadas hacia un sol penetrante, fuerte, dañino. ¿Qué podría ocurrir, entonces? Entre los grandes riesgos que esto provoca, se toma a consideración los incendios. 

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Las poblaciones humanas ahí asentadas también están en riesgo. Uno que probablemente haya sido provocado por ellos mismos. Porque, aunque no toda la concentración de aerosoles es por consumo humano, sí que somos responsables de ese cúmulo anormal. La falta de cuidado, de educación, es la que propicia el empleo desmesurado y descuidado de esta sustancia que, lentamente, daña y destruye aquello de lo que vivimos. 

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